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Un contenedor: un búnker de ideas

Un proyecto no solo puede ser funcional. Al ser una creación que nace de tu creatividad, puede ser tan original y alternativa como tu imaginación lo permita. Puede ser una experiencia estética única en su tipo.


Una experiencia que Patrick Bradley no se perdió, pues remodeló un contenedor marítimo de carga de 45 pies en una oficina que, si bien es un proyecto demandante tanto enérgica como económicamente, el arquitecto supo optimizar sus recursos, pues usó ambas puertas a su favor, una fue empleada para la entrada al recinto, mientras que la otra fue optimizada para la creación de un pequeño balcón.




Es más, al estar ubicada al borde de un acantilado, la expansión de ambas puertas, así como su diseño de largas vigas metálicas al descubierto, paredes reforzadas y de líneas contundentes pero muy sutiles en su adorno, ayudan al balance de la estructura.



Este es un proyecto que no solo supo aprovechar al contenedor, sino que supo edificar un sueño a partir de la mejora de sus paredes.



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